El build-to-rent afronta nuevos retos y plantea soluciones innovadoras. No nos engañemos, el teletrabajo ya es una realidad consolidada en el entorno profesional. Por eso, el build-to-rent mueve ficha y propone repensar el espacio y el uso de la vivienda para ofrecer el mejor servicio a sus usuarios.

Con la llegada de la COVID-19 muchos profesionales tuvieron que adaptar la comodidad del hogar a las nuevas necesidades laborales. Lo que hasta entonces era una confortable sala de estar para desconectar, se convirtió rápidamente en un despacho improvisado para atender videollamadas y trabajar desde una mesa de trabajo improvisada. La unión de ambas esferas puede resultar molesta para muchos, por eso desde el build-to-rentse está trabajando para ofrecer espacios comunes y servicios específicos diseñados para que vuelvas a disfrutar del salón de casa.

El desembarco del coworking

Una idea que llega de forma pionera desde Nueva York y que ya está tomando forma en nuestro continente: introducir espacios de trabajo compartido o privado y salas de conferencias en los edificios residenciales. La clave está en la separación mental del hogar, aportando zonas específicas para trabajar. Si te sientes sólo trabajando, puedes disponer de salas comunes perfectamente equipadas para trabajar cómodamente al estilo de un coworking. Si quieres imprimir un documento dispones de impresoras en una planta baja, y si necesitas darte un respiro disfruta de una buena pausa en la terraza.

Ir con americana y pantalones de pijama tiene fecha de caducidad. Con esta innovación el build-to-rent rediseña los espacios comunes para no introducir sólo zonas específicas para disfrutar del hogar, sino también del trabajo. Ofrecer un espacio más work-friendly para garantizar no sólo la mejor experiencia profesional a distancia, sino también medidas de seguridad para mantener la distancia social.

De lo social a lo profesional

Los edificios residenciales pasarán a incorporar no sólo zonas específicas para el trabajo a distancia, sino también plantas enteras que ofrecen oficinas privadas para reservar, salas de conferencias o de trabajo compartido con todo el equipamiento necesario: mesas, sillas, minicocinas, impresoras, proyectores, etc. Este cambio permitirá integrar además las zonas compartidas de desconexión como las terrazas o las piscinas y otras zonas de ocio.

Una oportunidad inesperada para compartir el día a día del trabajo remoto con la comunidad de residentes y quién sabe si generar nuevas oportunidades de negocio mientras toman un café durante el descanso.